Las destructoras de papel, o trituradoras, tienen un origen particular. Sabiendo que destruyen papeles hasta quedar ilegibles, quizás algunos puedan adivinarlo… Volvamos atrás en el tiempo, a principios de 1900, cuando su creador patentó. Hablamos de A.A. Low, aunque desafortunadamente él no sacó provecho económico de su invento. Fue el alemán Adolf Ehinger quien se lucró en 1936 patentando su versión y mejorando el invento. La primera curiosidad es quiénes eran los clientes del alemán, pues se hizo famoso cuando la Segunda Guerra Mundial. Sí, nos referimos a los gobiernos y a los bancos. Aunque al menos en América el artefacto se hizo particularmente conocido por el caso “Watergate”, pues habían utilizado varias destructoras para eliminar documentos y pruebas. Pero no nos perdamos. Ehinger fundó EBA Maschinenfabrik y revolucionó el modelo que ya estaba patentado: Creó la destructora de corte cruzado. Como segundo dato curioso, pero jamás confirmado, se dice que Adolf E. ideó esta máquina para eliminar documentos que eran prueba de su actividad en contra de su tocayo Adolf Hitler y el nazismo. ¿Crees que haya sido así?
Actualmente hay tres destructoras:
- De tiras: Corta en tiras finas, aunque aún reuniéndolas y con paciencia, podría ser legible.
- Corte cruzado: Corta vertical y horizontalmente, haciendo casi imposible unir los pedazos.
- De partículas: Tritura en pequeñas partículas de tamaños que varían. Pueden ser, por ejemplo de 5 x 5 mm o 4 x 35 mm.
Lo más común es que se usen para papel, pero las hay también destructoras de plástico, como tarjetas de crédito. Si necesitas una, puedes conseguirlas desde 30,15€ hasta 246,35€ en nuestra tienda.