Cada vez es mayor el número de teléfonos móviles que dejan de servir y pasan a formar parte de desechos. Aunque las estadísticas dicen que el aumento del precio de los smartphones está haciendo que ahora tardamos más en cambiar de modelo, cada vez son más y más los que vamos acumulando en el cajón de la mesilla a lo largo de los años.
Actualmente existe un mercado en expansión, el de los móviles reacondicionados, factor que indica que siempre hay una segunda oportunidad para esos dispositivos que ya no queremos.
También es cierto que algunos modelos son demasiado anticuados o están demasiado deteriorados como para concederles una segunda vida. En estos casos, tenemos una serie de alternativas antes de tirarlos a la basura. Tener un smartphone viejo no tiene por qué ser sinónimo de pisapapeles u objeto abandonado en el cajón. Puedes darle usos aún aunque no sea tu terminal principal.
Según las Naciones Unidas, anualmente se generan alrededor de 50 millones de toneladas de residuos electrónicos, lo que se traduce en un impacto medioambiental muy grande. El mercurio, el litio y el cobalto son componentes altamente contaminantes que deben tratarse adecuadamente para no ser perjudiciales para la salud.
Plan de reciclaje de ONG´s
Varias ONG´s cuentan con diferentes y diversos planes de reciclaje sin ningún fin lucrativo. A través de estos, el dinero recaudado de la cesión de los teléfonos móviles es donado a diferentes causas. La empresa gestora de residuos valora si los dispositivos se pueden reparar y darles una nueva oportunidad (y de ahí obtener los beneficios de la donación) o si, por lo contrario, deben ser reciclados.
Venta a empresas
Si nos interesa sacarle algo de dinero a nuestro antiguo terminal, tenemos la posibilidad de venderlo. Podemos hacerlo a una empresa que se dedique a la gestión de residuos para que realicen una correcta valoración del mismo. De esta forma no nos aseguramos que nuestro terminal vaya a destinarse al despiece, ya que pueden tener una segunda oportunidad en manos de otra persona. Por este motivo, es recomendable resetearlo con los ajustes de fábrica para evitar comprometer nuestros datos personales.
Nuevas funciones
También tenemos la posibilidad de darle esa segunda vida en nuestra propia casa. Podemos darle un nuevo uso, y no necesariamente como teléfono móvil. Podemos convertirlo en, por ejemplo, una cámara de vigilancia. Algo tan sencillo que se consigue simplemente instalando la aplicación correspondiente.
Otra opción es la de emplearlo únicamente para la reproducción de contenido multimedia. De esta forma liberamos el almacenamiento interno del smartphone principal. También lo podemos reservar para aquellos sitios en lo que es bastante más probable que podamos sufrir un robo, como en festivales. O como dispositivo auxiliar en el caso de que al nuestro le pase algo.
¿Más ideas?
Úsalo como GPS y mapa portátil cuando te vas de viaje o para insertar tracks para rutas ciclistas. Como control remoto universal con el que cambiar de canal o de fuente de imagen en la TV. Como consola de videojuegos, despertador, o mil y una ideas más.
¿Para qué lo usarías tú?