Internet se ha convertido en una pieza clave de nuestra vida cotidiana. Consultar el correo electrónico, el pronóstico meteorológico, buscar una dirección o hacer la compra de la semana de manera online es parte de nuestro día a día y, por ello, al ser algo tan habitual, muchas veces descuidamos nuestra seguridad exponiendo información que puede volverse vulnerable si no la gestionamos adecuadamente.
Errores de seguridad más habituales cuando navegamos por la red:
Creer que no debemos proteger nuestros datos
Este es el punto de partida de los consejos que se facilitan a continuación. Tenemos que tener claro que debemos seguir unas pautas mínimas a la hora de navegar por Internet. Nuestros datos son muy valiosos, incluso, tienen precio cuantificable, por lo que es recomendable seguir ciertas medidas de precaución para protegerlos.
Utilizar un WiFi público como privado
Los puntos de WiFi públicos, como los que podemos usar en una cafetería, un aeropuerto o un centro comercial, son más vulnerables que el de nuestro trabajo o nuestra casa. Por este motivo debemos poner especial cuidado en las páginas que visitamos desde este tipo de conexiones. No es recomendable consultar nuestras cuentas bancarias o realizar alguna compra conectados a través de estas señales.
Aceptar acuerdos de privacidad de forma mecánica
La mayoría de las veces pulsamos el botón de "aceptar" sin saber de lo que se trata. Debemos tener cuidado con estas acciones que pueden poner en riesgo nuestra intimidad y desvelar nuestros datos confidenciales a empresas que los utilicen con fines ilícitos.
Clicar en enlaces sospechosos
Hacer clic en vínculos desconocidos o descargar contenido de dudosa procedencia puede ser muy perjudicial para mantener la seguridad de nuestras cuentas o dispositivos. En ocasiones podemos recibir algún correo electrónico fraudulento que nos avisa de algún fallo en alguna cuenta, proporcionándonos un enlace al que acudir de inmediato. Lo correcto es visitar la página de origen y comprobar si de verdad existe o si se trataba de un pishing, es decir, un intento de estafa.
Realizar compras con la tarjeta de crédito
Aunque las tarjetas de crédito tienen protección de posibles fraudes, si utilizamos plataformas de pago como Paypal, Apple Pay o Android Pay aumentaremos la seguridad de nuestras cuentas gracias al sistema de tokenizacion. Una medida que consiste en utilizar números de tarjeta únicos creados para cada compra, en vez de nuestro número real.
Utilizar contraseñas débiles
Un error muy habitual que todos cometemos es que la mayoría de las veces utilizamos la misma contraseña en varias cuentas o empleamos palabras cortas y fáciles de deducir: nombres, apellidos, fechas de nacimiento, etc. Evita caer en fallos de este tipo y dedica unos minutos a pensar una buena contraseña que contenga letras mayúsculas y minúsculas, símbolos y/o números. Otra opción es utilizar un administrador de contraseñas, por lo que solo tendremos que recordar una contraseña maestra y el resto serán facilitadas por esta aplicación.
No usar autentificación de dos factores
Al emplear este doble sistema de autenticación: primeramente utilizando una contraseña habitual y, acto seguido, a través de un código que podemos recibir en nuestro teléfono, aumentamos significativamente nuestra seguridad. El hacker tendrá que saber la contraseña pero además debe hacerse con nuestro dispositivo móvil para poder acceder a nuestras cuentas.
No actualizar el sistema operativo
Al realizar las correspondientes actualizaciones en Windows, Mac o Linux mejoramos la seguridad de nuestro sistema operativo gracias a nuevos "parches" que hacen más segura la navegación a través de la red corrigiendo posibles vulnerabilidades conocidas por los hackers.
Conocer bien las características de tu sistema operativo es importante para detectar si hay algo que puede no estar funcionando bien. Recuerda que el S.O. no depende solo de la marca de tu PC o portátil ya que hay PCs a medida en los que el sistema operativo se incluye de manera independiente.